Esto nos recuerda lo que Pablo compartió con sus lectores anteriormente en este capítulo. El Cristo ascendido le dio a su iglesia servidores públicos de la Palabra que deben preparar al pueblo de Dios para la obra del ministerio, parte de la cual es fortalecer a otros por medio del don de la Palabra. Hablarles a otros es una parte clave del proceso. Eso no significa que nos debamos subir en un cajón y ponernos en ridículo de una manera detestable. Una conversación tranquila, común, diaria que refleja
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